Cuando acertaste eligiendo a tu pareja, o comprando tu casa, o empezando ese loco proyecto... ¿Por qué te lanzaste a la piscina a pesar del miedo que sentías? ¿O de lo aterrados que estaban en tu entorno?
Porque tus instintos más profundos te estaban diciendo que era una buena decisión. Y que llegaría felicidad a tu vida. Como así fue.
Bien, pues ese mismo impulso que te nació espontáneo - y que te guió en la dirección correcta - también podrías utilizarlo para triunfar en bolsa
Y no me estoy refiriendo a que te juegues la herencia del abuelo a cara o cruz en una ridícula Criptomoneda con nombre – y logo – de perro.
Ni tampoco te voy a decir que serás financieramente libre 3 años antes de morir quitándote de gastar en el cine, viviendo en una caravana y comiendo solamente avena blanca con agua por el resto de tus días.
Lo que tengo para ti es un Ebook explicándote el mecanismo para empezar una operación de trading con buen pie. Y ya sabes que lo que bien empieza, bien acaba. En este caso, el final feliz significa terminar con más billetes en tu bolsillo.
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Descubrirás por qué no estás tan lejos de los operadores de Singapur, Londres o Nueva York. Es mentira que haya varias ligas de traders, a pesar de lo que te quieran meter en la cabeza para hacerte sentir inferior. Lo único cierto es que el indicador con el que más millones ganan estas supuestas estrellas, está al alcance de tu mano, y es gratis.
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Te daré 3 herramientas concretas que podrás utilizar mañana mismo. Y lo que es mejor, te diré cómo emplearlas para incrementar tu porcentaje de acierto como nunca antes lo has hecho. Enserio, ver tu histórico de operaciones teñido de color verde es una sensación maravillosa.
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La gran mayoría de traders creen que el precio llegará al punto X, Y o Z, y apuestan para tomar su beneficio ahí, como si estuvieran siguiendo un dogma religioso. ¡¡Y no se dan cuenta del grandísimo error que están cometiendo!! Te diré cuál es la verdadera clave para que una trade sea positiva, con la que te sentirás confiado desde el minuto uno porque sabrás que tienes entre tus manos algo bueno, pero bueno de verdad.
Una vez que das con la tecla, ya no puedes parar
Eso fue lo que me sucedió cuando me convertí en el mejor relaciones públicas de las salas de baile de Madrid, habiendo estado en la miseria pocas semanas antes
Mira, lo de mudarte a otra ciudad nunca es como te lo pintan. Nadie te avisa de que vas a estar más sólo que la una, que la gente te mirará por encima del hombro porque eres el de fuera – «aquí no vengas a molestar» -, o que los fines de semana todos tendrán un plan que hacer y tú no. Es lo que me sucedió cuando llegué a Madrid, me di cuenta de que el sueño de la capital no era tan bonito como esperaba, y que había muchos más oscuros que claros.
Un día me cansé de pasar los domingos en casa con las paredes aplastándome la moral. Si no me comía la ciudad, la ciudad me comería a mi, fue lo que pensé. Y yo no había salido de Santander para regresar arrastrándome con el rabo entre las piernas a las primeras de cambio.
Total, que me apunté a una academia de baile para conocer gente (y para ligar, todo hay que decirlo). Luego me apunté a otra, y luego a otra. Sí, llegué a estar yendo a 3 academias de baile a la vez, donde aprendía salsa y bachata.
Cuando empecé a defenderme bailando y dejé de pisar a todas las chicas que pasaban por mis manos, me animé a salir los fines de semana a discotecas de Salsa y Bachata, que en Madrid hay un montón. Una noche conocí a Gonzalo, que tenía casi la misma edad que yo. Después de tomarnos un par de copas, conectamos enseguida y nos hicimos inseparables.
No dejábamos de movernos entre las salas de baile y las academias, así que estábamos conociendo a mucha gente del mundillo. Entonces montamos un grupo de Whatsapp en el que publicábamos los planes para el fin de semana, y así salir todos juntos. El grupo enseguida alcanzó un éxito que ni Gonzalo ni yo esperábamos, en pocas semanas entraron 100 personas, luego 200 y luego 300.
Las discotecas olieron el negocio, así que se nos rifaban para que fuéramos a su local pagándonos unas comisiones mucho más altas que al resto de relaciones públicas. Normal, les estábamos vendiendo 200 consumiciones de una tacada y les llenábamos la sala. Hubo algún mes en que gané más dinero organizando aquellas salidas nocturnas que con mi trabajo de oficina.
Luego montamos otros planes que no tenían nada que ver con el baile, y a los que la gente se apuntaba sin dudarlo porque o bien se los ofrecía Gonzalo, o se lo ofrecía yo. Ese verano organicé una excursión a Cantabria y puse un límite de 30 plazas, ya que no tenía más sitio donde alojar a la gente. Enseguida me las reservaron y pasamos una semana de la leche en mi querida región.
Gonzalo y yo cumplíamos años en octubre, así que hicimos una fiesta brutal en la finca que uno del grupo tenía en Fuente el Saz, un pueblo a las afueras de Madrid. Desconozco cómo eran las míticas fiestas de cumpleaños de Ronaldo, pero ésta no debió andar lejos. No sé ni la de gente que vino, sólo se que ha sido el cumpleaños más bestia que he vivido, y que viviré.
Qué rápido había cambiado el panorama. Hacía unas semanas estaba pasando los sábados muriéndome de asco en el sofá a verlas venir. Y ahora me ganaba un segundo sueldo por ser la estrella del reservado de la discoteca, con tías que venían a pedirme que bailara con ellas – y quienes querían hacer todo tipo de guarradas conmigo en cuanto saliéramos de allí, o incluso a veces dentro de los baños de la discoteca -, y con gente que no conocía de nada que venía simplemente a saludarme.
¿Y qué tienen que ver tus aventuras en Madrid con lo que a mí me importa, que es ganar dinero en bolsa?
Hubo varios factores para que aquel grupo tuviera éxito, y sin lugar a dudas uno fue dar con la tecla para atraer y fidelizar a la gente. Yo descubrí la manera de que alguien acudiera a una fiesta y quisiera repetir trayendo a sus amigos. Hacía con ellos la misma rutina una y otra vez, y, como funcionaba, hice crecer la bola de nieve hasta que fue imparable.
Bien, pues con el trading sucede exactamente lo mismo. Puedes estar un tiempo perdido – de hecho lo más normal es que lo estés, porque nadie nace sabio -, pero en cuanto descubres por dónde van los tiros, todo sale rodado. Empezarás con una operación buena, luego llegará otra, luego otra, y en cuanto te quieras dar cuenta, habrás cerrado más trades en verde de las que jamás hubieras imaginado.
Al igual que yo empecé metiendo a una persona en aquel grupo de Whatsapp de la manera más inocente. Y cuando cerré aquel capítulo de mi vida habían entrado más de 1.000 personas, había organizado decenas de fiestas, y me había convertido en una referencia en un sector, el del baile latino, en el que era un don nadie, ¡si ni siquiera sabía mover las caderas! Sólo era un pueblerino que había llegado a la capital para trabajar en la industria que más me llamaba la atención, la bolsa.
Te cuento esta historia porque he creado un Ebook que te puede ayudar en tu trading: «Cómo entrar a mercado multiplicando tu porcentaje de éxito».
En él te cuento lo que he aprendido en más de 10 años trabajando en multinacionales del trading en la capital de España.
De muchas cosas no tengo ni idea- por ejemplo, de baile sigo sin saber – , pero de cómo abrir una trade con buen pie, tengo bastantes conocimientos.
Pinchando en el botón de aquí abajo te llevas la guía en la que está explicada, paso a paso, cómo entrar a mercado multiplicando tu porcentaje de éxito:
Pero, ¿qué puedo comprar en este sitio web?
De momento no puedes comprar nada.
Antes de saber si lo que tengo es bueno o malo para ti, tienes que conocerme. Por eso te invito a visitar la sección «Sobre Mí».
Una vez que sepas de dónde vengo y hacia dónde voy, y si crees que tus valores cuadran con los míos, entonces podemos empezar a hablar.
Lo de correr antes que andar ya lo he hecho muchas veces, y siempre sale mal. Así que, en esta ocasión, vamos a ir paso a paso. Cuando quememos una etapa, pasamos a la siguiente.
Me parece lógico.
Tiene sentido lo que dices.
¿Y cómo puedo conocerte más?
Pinchando en alguno de estos enlaces:
«Quiero que sepan que abrazar la libertad vale la pena.
Hay modelos que aseguran comida, casa, estudios, recreación, sí, pero es exactamente lo mismo que dan en la cárcel.
Yo prefiero una libertad con riesgos a una esclavitud tranquila, y lo único que hago es contar que hay otra forma de vivir»
Javier Milei, en su autobiografía «El Camino del Libertario»