«Tú y Larry escribisteis Seinfeld juntos, sin la ayuda de otros escritores. La serie concluyó porque este sistema os dejó agotados. ¿Podría McKinsey haberos ayudado a encontrar otro modelo de hacerlo?

 – ¿Quién es McKinsey?

 – Es una firma de consultoría

– ¿Son graciosos?

– No

– Entonces no les necesito. Si eres eficiente, lo estás haciendo mal. El camino correcto es el camino difícil.

La serie fue un éxito porque lo supervisé todo: cada palabra, cada línea, cada toma, cada edición y cada casting.»

Jerry Seinfeld. Creador de la telecomedia más vista de la historia de Estados Unidos




Tuve la suerte de vivir a apenas 5 minutos del instituto. Era un lujo tenerlo tan a tiro de piedra, pero también escondía un riesgo. Muchas veces me saltaba la clase que venía después del recreo con mi grupo de amigos.

Nos marchábamos a casa a jugar a la Play, a echar partidos de fútbol virtuales, uno detrás de otro. Nos tocó la era del Pro – el Pro Evolution Soccer -, que tenía mucho más gancho que el mítico Fifa. Sólo teníamos una regla: quien ganaba el partido se merecía continuar con el mando en su poder, y el perdedor se retiraba humillado, cediendo su puesto al nuevo jugador que entraba con la máxima ilusión por destronar al Rey.

Te cuento esto porque, si también jugaste alguna vez al Pro o al Fifa, te acordarás de cómo se graficaban las habilidades de los futbolistas. Era una especie de diamante, con el que diferenciabas muy rápido si el delantero que ibas a elegir era de los que metía goles, o si era un paquete. Se parecía a esto:

Así se graficaban las habilidades en los videojuegos de fútbol como el Fifa o el Pro

¿Y qué tiene que ver el trading con las batallitas de un adolescente jugando a la Play con su pandilla? Sucede que me he acordado de aquel diamante cuando he pensado en lo que necesitas para triunfar en los mercados. Y resulta que el jugador completo, el que todos nos peleábamos por tener en nuestro equipo, se parece bastante al buen trader.

Mira, el operador que saca algo de este negocio es porque cuida varias disciplinas. No le vale con ser experto en una y olvidarse del resto. Muchos creen que teniendo unas reglas de compra y venta – «Compra con el Ichimoku en 47 y Vende si la media de 94 se cruce con el Stochastico» – estaría todo solucionado, pero nada más lejos de la realidad.

Al igual que en el Pro había atributos como Defensa, Estrategia, Velocidad, Equipo… en el trading hay que cuidar distintos campos. Me refiero a la gestión del volumen, a la gestión de la posición, a los filtros del Setup, a cómo colocar los Stops, al número máximo de trades… Todo esto, dicho así tan rápido, puede parecer un poco agobiante, pero la buena noticia es que puedes entrenar estas habilidades una a una y terminar dominándolas.

 

Una de los aspectos más importantes, sin lugar a dudas, es la parte mental. Llámale Psicotrading – concepto súper manoseado -,  disciplina, o autocontrol. Al final se resume en que tu cabeza sea tu aliada y no tu enemiga.

Mira, una verdad incómoda es que el sistema de Reversión a la Media – o cualquier otro sistema – lo podrías aprender en una tarde. Nos sentamos juntos con un gráfico delante, te digo las cuatro pautas para comprar o vender y ale, a volar. Pero eso nunca será suficiente para ganar dinero en bolsa, porque dos traders, aún sabiendo exactamente igual los aspectos técnicos del mismo sistema, van a tener resultados súper diferentes cuando se pongan a trabajarlo.

El factor que hace la diferencia entre que uno gane u otro pierda, o que uno gane más y el otro gane menos, es la mente. Por eso quiero hoy profundizar en este campo, y qué mejor manera de hacerlo que con una experta en Neurociencia aplicada al comportamiento humano. Me estoy refiriendo a Suca Baldor.

 

Una entrevista que cogí con muchas ganar y de la que salí destruido (pocas veces he terminado tan agotado)

Llegué por casualidad a Suca Baldor a través de Linkedin, y desde el momento en que vi su perfil supe que tenía que conocerla sí o sí. Justo estaba buscando un especialista en psicología para escribir un post sobre cómo funciona la mente teniendo dinero en juego. Cruzarme con Suca cuando más lo necesitaba fue una especie de señal del destino.

Desde el primer minuto en que nos sentamos a hablar me quedé impactado por la fuerza que te transmite. Y ya no sólo es que desde su interior mane una fuente de energía que pocas veces he visto, sino que además es una enciclopedia abierta, tiene tantísimo conocimiento que no te puedes relajar ni un segundo porque te perderás algo súper interesante. Reconozco que tuve que dar lo mejor de mi para no perder el hilo de la conversación, porque su cabeza trabaja a un ritmo superior al que la mayoría estamos acostumbrados.

Suca Baldor empezó la universidad relativamente tarde, a los 25 años, porque estuvo llevando el negocio de su padre, quien falleció cuando apenas tenía 19 años. En cuanto dejó sus asuntos ordenados y delegó tareas, se dedicó plenamente a lo que realmente le apasionaba: estudiar el comportamiento humano desde un punto de vista científico. Y lo hizo con tal empuje que su proyecto, ahoratigo.com enseguida comenzó a dar resultados.

 

Al empezar a hablar sobre la psicología aplicada al trading me explicó que multitud de estudios ya han demostrado cómo nuestras decisiones se guían por nuestros instintos más primarios. Es inevitable tener ciertas reacciones en situaciones de tensión o de peligro, es tan natural como que cuando viene un coche por la carretera te apartas para que no te pille. Entender estos instintos de supervivencia a mi me parece fascinante.

Considero que para entender por qué estás donde estás, primero tienes que saber de dónde vienes. Suca, con un par de ejemplos, me hizo ver cómo alguna de nuestras conductas las podemos ver reflejadas en otros animales. Si prestáramos atención a cómo se relacionan nos daríamos cuenta que no hemos inventado nada, sino que  la mayoría son conductas adquiridas del reino de la naturaleza.

Fíjate cómo estaba de metido en la conversación, con todos los sentidos puestos en lo que me decía, que aproveché un breve momento de respiro para comprar en un par de clicks un libro del que me estaba hablando: La política de los chimpancés. Cuando llegué a casa y me puse a leerlo aluciné al darme cuenta cómo estos simios manipulan a los miembros de su comunidad para alcanzar el poder y ser el líder del grupo, con todos los privilegios que ello conlleva en términos de relaciones sexuales, de trabajo o de búsqueda de comida. Si te interesa el tema, te recomiendo esta investigación que llevaron a cabo un grupo de investigadores holandeses.

 

A lo largo de nuestra conversación no sólo hablamos sobre bolsa, también hubo espacio para tratar las relaciones amorosas (le confesé algunos secretillos que me habían sucedido recientemente y me dio consejos para gestionarlos). También me dio pautas para superar un proceso de duelo por la pérdida de alguien querido, o para afrontar los problemas con nuestros hijos. Si alguna de estas cuestiones te trae de cabeza es mejor que te dejes caer por su página web y contactes con ella directamente.

Como si de una carrera ciclista se tratara, durante nuestra conversación estuve continuamente haciendo la goma. Terminé totalmente vacío, sin un  gramo de fuerza que dar. De hecho, no pude escuchar la conversación que había grabado hasta pasados varios días, mi cabeza necesitaba un respiro.

He necesitado varias semanas para asimilar lo que hablamos en aquella sala de reuniones de un Coworking del Banco Santander, pero el artículo ya está aquí. Esto es lo que aprendí de mi charla con Suca Baldor.

 

Dos premios Nobel demostraron cómo tu cerebro te sabotea una y otra vez

En el año 2002 Daniel Khaneman recibió el premio Nobel de Economía por su trabajo sobre la toma de decisiones financieras. Lo curioso es que Khaneman no era economista ni se dedicaba a nada relacionado con las finanzas. Era psicólogo.

Su trabajo está basado en la teoría de las perspectivas que desarrolló junto a otro psicólogo israelita, Amos Tversky. Juntos demostraron que, en asuntos financieros, elegimos opciones que no son racionales. Es decir, que nos hacemos trampas a nosotros mismos.

Esto rompía el arraigado concepto que en su momento planteó Adam Smith. El economista escocés describió al ser humano como Homus Economicus que solamente actúa por su interés propio. Cito palabras literales de su libro «La Riqueza de las Naciones» :

No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero, de donde cabe esperar nuestro almuerzo, sino de la atención a sus propios intereses

 

Lo que Adam Smith quería decir, es que un  panadero tiene que hacer bien su trabajo para que le compres el pan. Y lo tiene que hacer bien porque le va la vida en ello, literalmente. Ya que si hace un mal pan, nadie le comprará y, por lo tanto, ni siquiera él mismo tendrá para comer.

Daniel Khaneman superó las teorías de Smith al probar que esto no siempre sucede así, y que el panadero, en ciertas ocasiones, se puede perjudicar a sí mismo. Y lo ejemplificó con algunos casos en los que cualquiera de nosotros puede sentirse identificado.

Por ejemplo, un abuelo que lleva 60 años viviendo en la misma casa no atenderá a razones si tratas de comprársela. Por mucho que el precio de mercado de su vivienda sea de 100.000€, puede rechazar ofertas de 500.000€. Preferirá salir de la casa muerto antes que rico, porque allí es feliz.

Lo mismo sucede con un posible cambio de empleo. Si ganas 30.000€ en un lugar en el que estás a gusto, no será suficiente una subida a 35.000€ para dejar tu puesto actual. Existen otros factores psicológicos que influirán en aceptar o rechazar el nuevo puesto, como la relación con tus compañeros, la flexibilidad de horario que te permitan, o la visión de líder que tenga tu jefe.

 

Khaneman demostró que todos los traders somos perdedores por naturaleza. Y que no podemos evitarlo. Solamente nos queda aceptar esta realidad

Además de estos supuestos de andar por casa, Khaneman experimentó con cientos de individuos sus reacciones teniendo dinero en juego. Te planteo dos de los ejercicios utilizados por el científico.

En el primero te dan dos opciones. La primera es ganar 4.500€ seguro. La segunda es jugártela al 50%: o ganas 10.000€ o te quedas a cero.

Si has elegido lo mismo que la mayoría te habrás quedado con la ganancia segura. A pesar de que la esperanza matemática de la segunda opción es una ganancia de 5.000€, prefieres llenar el bolsillo. «Más vale pájaro en mano que ciento volando», que diría el refranero.

 

Con las pérdidas sucede lo contrario. Si te doy a escoger entre perder seguro 4.000€, o jugártelo al 50% a no perder nada o perder 10.000€, ¿qué elegirías?

El experimento de Khaneman dijo que asumimos más riesgos cuando tenemos las pérdidas aseguradas. Una vez que estamos en rojo, no nos importa tensar la cuerda un poco más. Aunque pueda romperse.

Ahora aplica esto a tu comportamiento en el trading, a ver si encuentras alguna similitud.

 

Cuando tienes una ganancia cerca buscas amarrarla y llevártela al bolsillo cuanto antes. En cambio, si una posición te va en contra y es muy probable perder dinero, no te importa arriesgar un poco más. Intentas darle la vuelta abriendo el margen para más caídas.

Sobre el papel todos los manuales de bolsa tienen la clave para lograr un retiro dorado, con dejar correr las ganancias y cortar las pérdidas es suficiente. Pero a la hora de la verdad hacemos justo lo contrario, arriesgamos más de lo que estamos dispuestos a ganar. Y así es imposible salir vencedor a la larga.

No es que lo diga yo. Es que un psicólogo se llevó el premio Nobel por demostrarlo.

 

15 años después, Richard Thaler continuó el trabajo de Khaneman con la Economía del Comportamiento

El premio Nobel de economía en 2017 fue a parar a un filósofo. Los preceptos de Khaneman habían quedado en el olvido, y gracias a Thaler tomaron de nuevo impulso. Podríamos asegurar que hoy esta rama tiene un peso crucial en los planes de estudios debido a su influencia.

Thaler defendió que la economía es la ciencia que estudia el comportamiento del ser humano, lo cual es totalmente cierto. No es más que observar cómo nos hemos organizado en el pasado para predecir los eventos que sucederán en el futuro.

Lo que Thaler puso de manifiesto es que los modelos teóricos no reflejan la realidad. Esta fantasía de que el mercado es perfecto y que tomamos decisiones en base a toda la información disponible no se lo tragó. Vino a decir que, lo que se estudiaba en la facultad, no servía de nada.

 

Vale, ¿pero me vas a decir por qué tomo malas decisiones de trading? A priori siempre parece sencillo, pero luego no soy capaz de seguir el plan

Recuerda aquella vez que te prometiste no darle a la tecla hasta que apareciera en escena tu Setup. Estabas convencido de esperar y esperar, pero te entró la impaciencia y disparaste. Hiciste algo que no tenía nada que ver con tu plan y del resultado mejor ni hablamos.

En otra ocasión tenías marcado un Take Profit. Juraste y perjuraste no moverlo, sólo saldrías en el punto establecido. Pero pasaron las horas y te pusiste de los nervios, hasta que no aguantaste más y cerraste antes de tiempo.

Lo peor es que en ambos casos el mercado terminó haciendo lo que tu «yo racional» sabía que iba a suceder. Tu «yo irracional» te impidió ver el final feliz de la película. Sobre estas conductas absurdas – pero tan habituales – hablé en este post:

 

La hormona que te hace comportarte de forma diferente es la DOPAMINA (y su relación con las adicciones)

Ya puedes echarle la culpa de todos tus males al mecanismo que traes de serie llamado «circuito dopaminérgico». La mala noticia es que no puedes deshacerte de él. La buena noticia es que puedes controlarlo, y si lo dominas estarás en el selecto grupo de traders que terminan el año en verde.

La dopamina es la hormona que nos vuelve adictos a ciertas recompensas. La creencia común dice que se genera mientras vivimos una experiencia novedosa, pero no es así. La dopamina se libera justo antes de tener la recompensa.

Con el consumo de una droga lo verás claro. El mayor pico de placer sucede justo antes de tomarla porque es imposible saber qué vas a experimentar. Después comienzan a trabajar los neurotransmisores, que se encargan de vivir la experiencia tal y como es.

 

La dopamina evolutivamente está diseñada para seguir buscando recursos extra a los que ya tiene la tribu. Así, cuando aparece una recompensa mayor a la esperada – por ejemplo, estás practicando técnicas de caza y encuentras un campo fértil para sembrar manzanas – te pondrás muy contento. Es la dopamina comunicándose contigo, porque cuantas más recompensas inesperadas tengas, mejor preparado estarás para afrontar las malas épocas.

El problema es que el cerebro no es capaz de identificar si la recompensa daña tu organismo o no, como sucede con las drogas duras. Simplemente está viviendo algo placentero. Por eso lo asocia a algo valioso y te pide repetir, haciéndote adicto.

Ahora piensa en cómo afrontas tu relación con los mercados. Si abres operaciones para sentir la emoción de ver subir y bajar el gráfico, se activará la dopamina y no harás buenas trades. Pero si apartas esta parte emocional y te centras en analizar el gráfico y en seguir tu sistema, podrás entrar en el selecto club de los ganadores.

 

¿Se puede ser un buen profesional sin prometer resultados inmediatos? No solo se puede, es que se debe

Ya para terminar te voy a contar el último motivo por el que quise conocer a Suca. Me llamo la atención que tuviera la valentía de llamarse «Anticoach».

En esta era en la que muchos buscan fórmulas mágicas para solucionar sus problemas, ella se desmarca de las modas y se compromete contigo de verdad. Si quieres cambiar tu vida aprovechando el poder de tu mente, toca ponerse a trabajar. No te vende éxito rápido a 3 semanas vista porque te estaría engañando.

Una frase muy suya es que una tirita tapa, pero no sana la herida. Puedes engañarte poniendo un parche, pero si el neumático está roto lo mejor es cambiarlo. Si sigues circulando en cualquier momento reventará y te estrellarás.

 

Es una filosofía similar a la que llevamos en el curso de trading de esta academia. La única manera de entender de verdad cómo funciona este negocio es echando horas de pantalla. Por eso el Curso de Trading dura 6 meses y no 3 semanas, ya que la experiencia sólo la puedes adquirir tú, nadie te la va a enseñar.

Está muy bien tener unas reglas de entrada y salida, y también está perfecto dominar varias plataformas de trading. Pero sin horas de vuelo no vas a experimentar el cambio que realmente necesitas. Si estás dispuesto a hacer esa inversión, en unos meses mirarás atrás y ni reconocerás a tu yo del pasado.

Te explico más sobre el curso en este enlace:

 

6 meses tradeando con la Reversión a la Media. Con operaciones en directo y tutorías

 

Un fuerte abrazo,

Enrique Mazón

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