«Quiero que sepan que abrazar la libertad vale la pena.

Hay modelos que aseguran comida, casa, estudios, recreación, sí, pero es exactamente lo mismo que dan en la cárcel.

Yo prefiero una libertad con riesgos a una esclavitud tranquila, y lo único que hago es contar que hay otra forma de vivir»

Javier Milei, en su autobiografía «El Camino del Libertario»


 

Lo de mudarte a otra ciudad nunca es como te lo pintan. Nadie te avisa de que vas a estar más sólo que la una, que la gente te mirará por encima del hombro porque eres el de fuera – «aquí no vengas a molestar» -, o que los fines de semana todos tendrán un plan que hacer y tú no. Es lo que me sucedió cuando llegué a Madrid, me di cuenta de que el sueño de la capital no era tan bonito como esperaba, y que había muchos más oscuros que claros.

Un día me cansé de pasar los domingos en casa con las paredes aplastándome la moral. Si no me comía la ciudad, la ciudad me comería a mi, fue lo que pensé. Y yo no había salido de Santander para regresar arrastrándome con el rabo entre las piernas a las primeras de cambio.

Total, que me apunté a una academia de baile para conocer gente (y para ligar, todo hay que decirlo). Luego me apunté a otra, y luego a otra. Sí, llegué a estar yendo a 3 academias de baile a la vez, donde aprendía salsa y bachata.

 

Cuando empecé a defenderme bailando y dejé de pisar a todas las chicas que pasaban por mis manos, me animé a salir los fines de semana a discotecas de Salsa y Bachata, que en Madrid hay un montón. Una noche conocí a Gonzalo, y enseguida conectamos tomando un par de copas. A partir de ese momento nos hicimos inseparables.

Ambos estábamos conociendo a mucha gente del mundillo porque íbamos a todas las salas de baile y estábamos metidos en varias academias. Entonces montamos un grupo de Whatsapp en el que publicábamos los planes para el fin de semana, y así salir todos juntos. El grupo enseguida alcanzó un éxito que ni Gonzalo ni yo esperábamos, en pocas semanas entraron 100 personas, luego 200 y luego 300.

Las discotecas olieron el negocio y se nos rifaban para que fuéramos a su local pagándonos unas comisiones mucho más altas que al resto de relaciones públicas. Normal, les estábamos vendiendo 200 consumiciones de una tacada, llenándoles la sala. Hubo algún mes en que gané más dinero organizando aquellas salidas nocturnas que con mi trabajo de oficina.

 

Luego montamos otros planes, a los que la gente se apuntaba sin dudarlo. Ese verano organicé una excursión a Cantabria y puse un límite de 30 plazas, ya que no tenía más sitio donde alojar a la gente. Enseguida me las reservaron y pasamos una semana de la leche en mi querida región.

Gonzalo y yo cumplíamos años en octubre, e hicimos una fiesta brutal en la finca que uno del grupo tenía en Fuente el Saz, un pueblo a las afueras de Madrid. Desconozco cómo eran las míticas fiestas de cumpleaños de Ronaldo, pero ésta no debió andar lejos. No sé ni la de gente que vino, sólo se que ha sido el cumpleaños más bestia que he vivido, y que viviré.

Qué rápido había cambiado el panorama. Hacía solo unas semanas pasaba los sábados muriéndome de asco en el sofá, viéndolas venir. Y ahora me ganaba un segundo sueldo por ser la estrella del reservado de la discoteca, con tías que venían a pedirme que bailara con ellas – y quienes querían hacer todo tipo de guarradas conmigo en cuanto saliéramos de allí, o incluso a veces dentro de los baños de la discoteca -, y con gente que no conocía de nada que venía simplemente a saludarme.

 

¿Y qué tienen que ver tus aventuras en Madrid con lo que a mí me importa, que es ganar dinero en bolsa?

Cuando cerré aquel capítulo de mi vida habían entrado al grupo más de 1.000 personas, había organizado decenas de fiestas, y me había convertido en una referencia en un sector, el del baile latino, en el que era un don nadie. ¡Si ni siquiera sabía mover las caderas! Sólo era un pueblerino que había llegado a la capital intentando labrarme un futuro en el sector financiero.

El factor clave para que aquel grupo tuviera éxito fue dar con la tecla para atraer y fidelizar a la gente. Yo descubrí la forma para que alguien acudiera a una fiesta y quisiera repetir trayendo a sus amigos. Hacía con ellos la misma rutina una y otra vez, y, como funcionaba, hice crecer la bola de nieve hasta que fue imparable.

Bien, pues con el trading sucede exactamente lo mismo. Puedes estar un tiempo perdido – de hecho lo más normal es que lo estés, nadie nace aprendido -, pero en cuanto trazas un plan que te genere operaciones positivas, todo va rodado. Empezarás con una trade buena, luego llegará otra, luego otra, y en cuanto te quieras dar cuenta, habrás cerrado más trades en verde de las que jamás hubieras imaginado.

 

Por eso necesitas un plan para conseguir tus objetivos con el trading

Porque sino, es imposible sacar nada bueno de este negocio

Vamos con los 7 puntos imprescindibles de un Plan de Trading:

#1. Instrumentos tradeables

Anda que no hay activos en los que puedes meter unos euros. Puedes entrar en materias primas comestibles, como el arroz o el zumo de naranja (si supieras la de productos alimenticios que cotizan en bolsa, alucinarías). También bolsas, deuda pública y privada, divisas, combustibles fósiles… la amalgama es impresionante.

Mi recomendación es ir a los activos más sencillos, los que todo el mundo conoce. Me refiero al Euro-Dólar, al Petróleo o al Dow Jones, por ponerte unos ejemplos. El motivo es que es infinitamente más barato comprar Euro/Dólar que entrar en el Peso Mejicano/Dólar Canadiense, la horquilla bid-offer puede multiplicarse hasta x15.

Cuanto más te compliques la vida con productos exóticos, peor. Cuanto más fácil lo hagas con los productos sencillos mejor. Así de fácil.

 

#2. Horario delante de las pantallas

Mira, estar delante de las pantallas es como ir caminando por un campo en el que hay minas escondidas. No sabes si al siguiente paso que des vas a pisar una bomba. Y vas a estallar.

El mercado está pensado para engañarte, para confundirte, para hacerte dudar constantemente… Por eso, cuanto menos tiempo estés con la tentación de darle a la tecla, mucho mejor, está súper comprobado. Recuerdo a Laura, una alumna que pasó por la academia, a quien le iba genial operando solamente las dos horas de la apertura americana.

Y si una operación se produce fuera de tu horario, mala suerte, ya habrá más oportunidades. Como si de un trabajo normal se tratase, ¿o acaso vas a seguir metido en la oficina a las 3 de la mañana?

 

#3. Número máximo de operaciones al día, semana y mes

Si lo tomas como un pasatiempo y operas 30 veces al día porque te estás aburrido… mal vamos. Esto es algo muy serio, te estás jugando tus ahorros o el trabajo de tus abuelos y bisabuelos. Como para tomártelo a broma.

Mi recomendación es no superar 2 trades por sesión. Y a la semana, no se te ha perdido nada haciendo más de 5.

Mejor poco y bien que mucho y mal.

 

#4. Las condiciones de entrada a mercado

También conocido como el Setup. Es decir, describir unas condiciones que le exiges al precio para arriesgar tu dinero. Si se dan entras, y si no se dan, te quedas quietecito sin darle a la tecla.

Hay un montón de condiciones que le puedes meter: indicadores, algoritmos o análisis técnico. Te pongo un ejemplo de Setup: entrar solamente en tendencias alcistas cuando el precio testea la media de 200 sesiones y el Stochastico está en SobreVenta.

El Setup es tan importante que uno de los artículos del blog más extensos está dedicado a este tema. Te lo dejo por aquí y continuamos:

 

#5. Es muy importante entrar, pero la salida también hay que parametrizarla

Una vez tuve un compañero de trabajo que había estado en el ejército, en la unidad de montaña. Estaban de maniobras prácticamente todo el año, entrenando en las cumbres con material pesado. Imagínate el panorama estando a varios grados bajo cero.

Su trabajo no consistía en acción, sino anticiparla. Planificaba distintos escenarios con ventajas e inconvenientes del terreno. Y lo que nunca les faltaba era tener un plan de escape.

Cuando estás en marcha ya debes tener en la cabeza la salida. Puedes marcarla por puntos (por ejemplo, siempre coges 30 pips en el Euro-Dólar), por indicadores (cuando el RSI llegue a 60) o por Análisis Técnico (salida solamente en las resistencias). Todas son válidas, siempre y cuando seas consistente y no cambies de una a otra según sople el aire.

 

#6. El Stops Loss (el peor escenario siempre puede pasar)

La frase «el precio no va a llegar ahí ni en broma», es mejor que la saques de tu vocabulario ya mismo. Cualquier operación mala – por muy inocente que parezca al principio -, te puede llevar por delante la cuenta. Por eso es un suicidio ir sin Stop.

Quien gana en el trading, pero quien gana de verdad, asume que los Stops son parte del juego. Sabe que de vez en cuando tocará morder el polvo, y que no pasará nada. Son las reglas de la partida, y no trata de evitarlas, sino de salir vivo de las malas rachas.

No es que poner el Stop sea obligatorio, es que debe ser un mecanismo automático. Antes de abrir la trade, lo primero es saber dónde irá el Stop. Y luego viene todo lo demás.

Stop-Loss estilo Foto. Te sacan justo donde pensabas que no podía llegar… para después girarse. Si te hicieran una foto en ese preciso instante te verían la cara de tonto que se te queda

 

#7. Volumen por cada operación

Está íntimamente relacionado con el Stop, porque el volumen nunca puede ir en función de cuánto quieres ganar. El volumen lo estableces acorde a lo máximo que puedes perder. ¿Me explico?

Ponte que tienes el Stop a 200 puntos en el DAX. Bien, pues si tu cuenta son 10.000€ y puedes perder un 2%, es decir, puedes perder 200€, meterás un lote. Si puedes perder 600€, meterás 3 lotes, y así sucesivamente.

Primero visualizas la entrada al mercado, luego colocas el Stop, y luego calculas el volumen. Aquí el orden de los factores sí altera el producto.

 

#8. Objetivos monetarios a corto y largo plazo

Y cuando los alcances, parar. No te vaya a suceder como alguno que me se yo, que por culpa de la avaricia, y por no saber parar, acabó quebrado.

Y no me estoy refiriendo a un minorista del montón que se abrió una cuenta de CFD, sino a un fondo de inversión que perdió más de 4.000 millones de dólares.

Es mejor darte a ti mismo pequeñas recompensas y disfrutar del camino, que seguir dándole a la tecla hasta que, irremediablemente, llegue el error.

 

#9. Temporalidad de las velas

Ojo, porque mucha gente confunde sistema con la temporalidad. Si alguien te dice «yo hago Scalping» está mal dicho. Lo que realmente hay que decir es, «yo aplico mi sistema en Scalping, es decir, en velas de 1 minuto».

Respecto a las velas, cuanto más pequeñas sean, más rápido vas a tomar las decisiones. Con todos los inconvenientes que conlleva una operativa demasiado nerviosa.

Y cuanto más amplio elijas el horizonte temporal (por ejemplo, gráfico Diario o Semanal), llevarás una operativa mucho más tranquila. Tendrás mucho más tiempo para elegir dónde comprar y dónde vender.

Las temporalidades en las que puedes aplicar un sistema de trading

Los 3 ERRORES más comunes en el Plan de Trading

#1. Un Plan que no es realista

Siento ser yo quien te diga que, esa idea de hacerte millonario gracias a la bolsa… no va a ser tan fácil de cumplir. Lo de pasearte por el pueblo con la modelo finlandesa subida de copiloto en tu flamante Ferrari… Como que no.

Bueno, bajemos un escalón, supongamos que pretendes sacar 2.000 euretes al mes para dejar el trabajo y mandar a paseo a tu jefe (¡al fin!). Pues chico, que con una cuenta de 20.000€ tampoco lo vas a conseguir. De verdad que no.

Estas expectativas sólo te van a generar ansiedad y frustración, porque nunca vas a alcanzar tu meta. Y si no sabes hacia dónde vas, estás perdido.

 

#2. Sólo contempla escenarios positivos

Otro de los fallos es creer que vas a ganar dinero el 100% de los días. Si tu objetivo son 100€ al día, no puedes pretender cumplirlo las 20 sesiones y sacar un sueldo de 2.000€ a final de mes. Hay que dejar margen para el error.

 

#3. Cambiarlo por una mala racha (el trader veleta)

Cambiar de opinión según sople el viento siempre es una mala idea. Como si cambias de pareja a la primera discusión, es absurdo. Porque nunca encontrarás estabilidad con nadie.

Mira, si tu plan está bien construido no tiene por qué sufrir cambios. Repito que las pérdidas aparecerán tarde o temprano, pero hay que aprender a convivir con ellas. Cambiarlo por una mala racha nunca funciona.

Otra cosa es que no haya por dónde coger el plan y claro, lo cambias porque te entran las inseguridades. En ese caso lo mejor es parar y reflexionar sobre aquellos aspectos que te están incomodando. Seguramente puedas mejorarlos.

batalla de Normandía

El plan de trading hay que marcarlo antes de ir a la batalla. Sin un plan no hubieran desembarcado en Normandía más de 1.200 aviones, 5.000 barcos y 170.000 soldados en solamente un día. Y quizás seguirían los alemanes dominando Europa.

 

¿Tu sistema es tendencial o lateral? ¿Cuánto tiempo disponible tienes? ¿Cuál es tu tamaño de cuenta?

Debes responder a esas preguntas con honestidad. Si no lo haces te estás haciendo trampas al solitario.

 

Últimas consideraciones: aquí el único jefe eres tú. Acomoda el Plan de Trading a tu vida, y no al revés

Creo que sobra decir esto, pero el Plan hay que redactarlo en un momento de concentración, en el que no tengas otras distracciones. No vale ponerte a diseñar algo tan importante mientras estás cocinando, con «El Hormiguero» de fondo en la televisión, o si tienes cuatro operaciones abiertas. Hay que dedicarle el tiempo que se merece, y con el mercado cerrado si puede ser (mejor hacerlo durante el fin de semana).

Por otro lado, el plan sirve para racionalizar una serie de comportamientos que tienden a ser auto destructivos, y que no podemos evitarlos, por nuestra propia naturaleza. Poner un Stop del 50% no tendría ningún sentido, como tampoco tendría sentido un plan que contemple pasar 14 horas delante de las pantallas. El plan debe tener sentido común, para que te proteja de ti mismo.

Lo siguiente es que el centro de todo esto eres tú. Tú, tú, tú y nadie más que tú. Entonces, el plan debe girar en torno a tu vida.

 

Mira, hace poco entró en la Academia una alumna que es profesora de matemáticas en un instituto de Zaragoza. Trabaja de 9 a 2, y por la tarde hace otras cosas, como ir al gimnasio. Después de hablar sobre cómo iban a ser los 6 meses de acompañamiento, decidió no instalarse la plataforma en el móvil, lo que me pareció una fabulosa decisión (según me dijo, en otra academia en la que estuvo la tomaron por loca cuando dijo que no quería estar enganchada del teléfono).

Entonces diseñamos una hoja de ruta, dada su disponibilidad y preferencias. Hicimos lo que mejor le venía: colocar las órdenes para la semana en curso el lunes por la tarde, sobre las 6 o las 7. Después, conforme transcurrían los días y los precios se movían, haríamos ligeras modificaciones – sin dedicarle tampoco mucho tiempo -, y el viernes ya todo quedaría visto para sentencia, cerrando lo que todavía quedase abierto.

Si hubiéramos hecho caso a algún gurú de Twitter o de Instagram, estaría llevando una dinámica con la que no se sentiría cómoda. Hacer 3 operaciones al día, mirar el mercado a las 11 de la mañana, o estar colgada del móvil; no serían hábitos sostenibles a largo plazo para ella. Le hubiera causado más problemas de los que pretendía solucionar.

Todo esta información está muy bien, pero, ¿Cómo elaboro un Plan si parto desde cero y no tengo ni idea de por dónde empezar?

Tienes dos maneras. La primera es mediante la evidencia empírica. Es decir, mediante la prueba y el error.

Puedes estar años probando herramientas, indicadores, estrategias tendenciales o laterales, temporalidad, horarios… hasta que termines dando con la tecla. Esto te llevará años, no te voy a engañar. Los atajos no existen en ningún ámbito de la vida, y el trading no iba a ser una excepción.

Puedes lucharlo, claro que si, pero por el camino, te habrás dejado cientos (o miles) de euros. Y un tiempo que jamás regresará.

 

La segunda forma de diseñar un Plan de Trading es con la ayuda de alguien que ya ha pasado por ahí. Que te proporcione unas reglas claras para entrar y salir del mercado, que te muestre cuánto volumen debes llevar, o que te oriente con los horarios que más te convienen. Y con quien puedas ir corrigiendo los aspectos con los que no te sientas cómodo, a la vez que insistas en tus fortalezas.

Es el objetivo del curso de Trading de esta academia. Hacerte protagonista y diseñar un plan exclusivo para ti. Porque es la única manera de que termines sacando alguna alegría de este negocio, con el bolsillo más lleno de billetes de como empezaste.

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Y recuerda hacer un Plan de Trading realista y que se adapte a tu vida (no al revés). Que nadie lo va a hacer por ti 😉

El consejo de trading, por Enrique Mazón

 

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