Ahora que se acerca la Navidad es un buen momento para hablar de la operativa en estas fechas tan especiales. Llegan la Nochebuena, el Año Nuevo, los Reyes… y seguramente te estarás preguntando qué hacer con tus posiciones.

¿Cierras las trades Swing o las mantienes abiertas? ¿Compras bolsa esperando el famoso Rally de Navidad? ¿Te olvidas de todo, apagas el ordenador y dedicas el tiempo solamente a tu familia?

Voy a despejar estas dudas contándote experiencias vividas operando en días de fiesta, jornadas que en lugar de tomármelas de descanso las pasaba dándole a la tecla. Me ha tocado de todo: tanto perder varios miles de euros – arrepintiéndome desde el minuto uno por estar ahí en lugar de desconectar, metiéndome donde nadie me había llamado – pero también he visto el mayor pelotazo pegado en bolsa. Si quieres saber lo que te puedes encontrar, arrancamos:

 

Por qué es más fácil manipular el mercado en un festivo

No pienses que los traders somos una especie de extraterrestres que preferimos estar 12 horas metidos en un cubículo iluminado por un fluorescente, contando los billetes como el tío Gilito. ¿Para qué vas a querer el dinero, para ser el más rico del cementerio? Nos gustan los días libres, tener vacaciones, estar sin horarios ni estress de vez en cuando.

Da igual si estás Londres, en Wall Streeet o en Singapur, en cualquier plaza financiera hay personas detrás de los números y a todos nos gusta descansar, te dediques a lo que te dediques. Los bancos de inversión cierran los festivos y los grandes Prop también echan la persiana. Muy pocos valientes se quedan de guardia.

Esta información es muy valiosa porque de entrada sabes que en una festividad te vas a encontrar un mercado muy diferente al de un día normal, ya que hay muchos menos actores. La sesión de trading no va a ser lo mismo, como no es lo mismo un partido en el Bernabéu con el aforo completo jugándose las semifinales de Champions, que uno en un el estadio del Alcoyano de tercera división. Por mi experiencia pueden pasar dos cosas, te las cuento a continuación:

 

Primer escenario en un festivo: que no pase absolutamente nada

Pero nada, de nada, el vacío. Como esos segundos que pasan cuando tiras una piedra en un acantilado y no escuchas absolutamente nada. O como si estuvieras

La mayoría de festivos son así: aburridos, soporíferos, lentos. Al precio le cuesta moverse una barbaridad porque no hay nadie que quiera moverlo. La gente pasa de líos, se han olvidado del trading y se han ido a festejar con sus familias.

Son días en los que estás tirando el tiempo a la basura, te darás cuenta nada más abrir los gráficos. Mirarás el reloj y te darás cuenta que sólo han pasado 5 minutos desde la última vez que lo miraste. Estar delante de la pantalla no te servirá de nada.

 

Cuando trabajaba en el Prop Trader inglés los festivos nos compensaban regalándonos pizzas o hamburguesas. Si no, muy pocos hubieran ido a trabajar. Algunas veces iba por la mañana un ratito y si veía que no se podía hacer nada me retiraba a casa sin ningún remordimiento.

Es que no hay color. Prefiero mil veces un entrenamiento en bicicleta al aire libre disfrutando de la ruta 3 o 4 horitas subiendo y bajando montañas, que estar dejándome los ojos buscando a saber qué. No compares.

Lo único malo de desconectar en los festivos, y el verdadero motivo por el que íbamos a la oficina es porque de vez en cuando sucedía la magia. No queríamos perdérnoslo por si ocurría. Queríamos estar ahí.

 

Segundo escenario en un festivo: que aparezca algún movimiento súper loco

Mira, te voy a contar un pequeño secreto: tuve un compañero, vamos a llamarle Juan, que llegó a diseñar una estrategia para tradear el Brent a las 5 de la mañana. El tío se levantaba como un clavo a esas horas y ponía una cantidad muy gorda de contratos de forma especial. Conseguía mover el precio y rascar unos cuantos pips.

Lo podemos llamar como queramos, pero lo cierto es que hacía una manipulación pura y dura. Como a esas horas no había nadie, conseguía engañar al mercado. Tanto los americanos como los europeos estaban durmiendo, mientras él se dedicaba a llenar el bolsillo.

Lo consiguió en varias ocasiones, hasta que le dieron un toque desde arriba cuando se dieron cuenta de que un trader estaba haciendo operaciones extrañas a unas horas poco habituales. Son técnicas prohibidas, y si el regulador se hubiera dado cuenta le hubiera calzado una multa de campeonato. El tiempo que duró yo alucinaba.

 

Juan podía rascar unos pipillos a las 5 de la mañana porque no había nadie. Y cuando no hay nadie es más fácil manipular el mercado.

Lo que te quiero decir es que un pez gordo la puede armar en un festivo si le da por juguetear. Nadie le va a parar los pies, porque no hay nadie que pueda parárselos. En un día normal su poder va a ser limitado, pero en un festivo va a tener la capacidad de hacer y deshacer a su antojo.

La mejor manera de plasmarlo es con historias reales, así que te voy a contar lo que he vivido, cosas buenas y cosas malas. De ahí podrás sacar tus propias conclusiones. Quizás decides que te conviene operarlos o quizás prefieres desaparecer.

 

El desplome del WTI en Acción de Gracias

Noviembre de 2021 estaba siendo un mes normalito en el WTI. Había terminado una plácida tendencia alcista en octubre y se encontraba descansando en varios rangos laterales de unos 4 dólares de altura. Nada del otro mundo, lo normal después de una fuerte subida.

No parecía que la volatilidad pudiera aparecer hasta que llegó Acción de Gracias. Para ti quizás te suene a broma, pero Thanksgiving es la noche en la que las familias americanas se reúnen para celebrar la vida, incluso más que en Navidad. Y nos guste o no, los americanos son quienes mueven el cotarro.

Mientras en el otro lado del Atlántico los operadores financieros estaban trinchando el pavo, el WTI se desplomó 12 dólares de la noche a la mañana. Aquella jugada me la comí con patatas, fue una de las pérdidas más gordas que he tenido nunca. Pero lo que más me dolió no fueron los euros que se marcharon para no volver, hubo algo peor.

El desplome del WTI en acción de gracias de 2021

Había cogido vacaciones para pasar un puente de la leche en Sevilla con mi chica de idilio romántico y lo arruiné por completo. Como no había nada que hacer y seguramente apenas iba a haber volatilidad, dejé unos contratos comprados para rascarle unos euros cuando dieran un tirón alcista. No sólo no subió en ningún momento, sino que los peores presagios se hicieron realidad.

La tarde del jueves la pasé colgado del teléfono con el manos libres conduciendo, charlando con el que me cubría, que estaba cantándome en directo las caídas. Por la tarde tuve que Stopear la mitad de la posición perdiendo una barbaridad. Parecía que al menos el viernes podría recuperar algo, pero lo peor no había llegado todavía.

El viernes continuó bajando y allí estaba yo, paseando a la orilla del Guadalquivir con la torre del oro en su máximo esplendor, y preocupado por el próximo movimiento del Brent. Lo recuerdo como una pesadilla, ojalá pudiera volver atrás y cambiarlo desde el principio. Si lo llego a hacer hoy cerraría las posiciones antes de empezar el viaje, desconectaría el teléfono móvil y me marcharía con la mente limpia de preocupaciones con el único objetivo de disfrutar de mi pareja.

 

El terrorífico Halloween de 2018 que viví en el Prop Trading inglés

Unos años antes el petróleo también me había dado un disgusto gordo. Más en concreto un Spread compuesto por Brent y Gasoil. Se llamaba el «Crack» y su cotización equivalía al margen que se llevan las refinería.

El «Crack» venía en tendencia alcista las últimas semanas de octubre. Subía lentamente, sin prisa pero sin pausa, como suelen ocurrir en las subidas. Todavía no había corregido casi nada el tramo, así que en la oficina la mayoría de traders habían acumulado ventas esperando una corrección que tenía que llegar.

El problema era que, cuanto más arriba estaba el Crack, más contratos vendidos íbamos sumando. El riesgo cada vez era mayor, y aunque la caída tenía que ser inminente no le daba por bajar. Hasta que en la madrugada del 1 de noviembre todo esto que venía cociéndose explotó, saltando por los aires.

 

Ese día pasaron dos cosas. Quienes no estábamos delante porque teníamos la mala costumbre de dormir por la noche nos reventaron los Stops, fue una barrida épica porque al despertar todo había vuelto a su sitio. Y los que sí estaban delante se saltaron todas las reglas de riesgo, metieron más contratos arriba del todo y cuando llegó el giro y la caída terminaron ganando una burrada de pasta.

La razón oficial que nos dieron para explicar este movimiento tan loco fue que una tubería de Gasoil había reventado en Arabia Saudí. Esa fue la excusa oficial. Podía haber sido cualquier otra, ya que los medios de comunicación están acostumbrados a engañarnos como les apetece.

El único dato cierto es que estábamos en un festivo. Muchos traders estaban celebrando Halloween de casa en casa con sus hijos pidiendo «truco o trato», y en cuanto regresaron a las pantallas vieron cómo se habían comido los Stops.

 

Agostos de 2011, cuando la bolsa alemana se desplomó con los operadores en la playa

En 2008 y 2009 las bolsas habían sufrido como pocas veces antes se había visto. La crisis por las hipotecas Subprime se había llevado todo por delante: millones de personas pasaron a engrosar las filas del paro, vivimos una de las recesiones más rápidas y las bolsas perdieron más de la mitad de su valor. La explosión de la burbuja inmobiliaria fue la estocada definitiva al sinsentido de vender segundas y terceras viviendas a precios desorbitados a quienes apenas tenía ingresos sólidos.

Como siempre sucede después de una crisis, tenía que llegar la recuperación. En los años posteriores el mercado necesitaba coger fuerzas. Se estaba tomando un respiro tras el cataclismo.

Parecía que lo peor había quedado atrás. La tendencia alcista estaba siendo calmada, sin prisas. Hasta que todo cambió de un plumazo.

La caída del DAX en Agosto de 2011, cuando la gente estaba con el mojito en la playa

La locura empezó el lunes 1 de agosto. El viernes la gente se había ido de vacaciones tan tranquila, pensando que nada podía ocurrir después de un año sin sobresaltos. La volatilidad era ridícula.

Lo que nadie esperaba era que la primera semana de agosto el DAX cayera un -12,5%. ¡Pero es que en tres semanas cayó un 23%!

Imagínate cómo debían estar en los bancos. Con las oficinas desiertas y los clientes subiéndose por las paredes, perdiendo un 20% en 20 días. Estaban viviendo uno de los peores meses de la historia bursátil mientras sus trabajadores estaban a cientos o miles de kilómetros sin coger el teléfono.

 

Y ahora te lanzo una pregunta: ¿de verdad crees que fue casualidad que el 1 de agosto empezara el desastre?

¿O quizás aprovecharon las ausencias para hacer y deshacer a su antojo?

No existen las casualidades. Querían generar el kaos y vaya si lo consiguieron.

 

El error que cometí en las elecciones americanas cuando salió elegido Donald Trump. Es del que más me arrepiento porque fastidié un bonito viaje con mi padre

Antes te he hablado del drama que viví en Acción de Gracias por no saber desconectar un festivo. Cómo pasé de una escapada romántica en la capital del Guadalquivir a tener una fortísima enganchada en el petróleo. Mira que es difícil, pero tengo un recuerdo que es todavía peor.

Esta vez no era ni Navidad, ni el 1 de Mayo, ni se celebraba la independencia de USA. Pero para mí era mucho mejor que todo eso.

Había acudido a Copenhague con mi padre a una reunión de cronometradores europeos. Él lleva dedicándose al cronometraje electrónico de eventos deportivos desde hace más de 30 años y siempre que he podido le he acompañado porque me lo paso bomba. Hemos hecho de todo: ciclismo, atletismo, caballos, patines… ¡hasta carreras de perros!

 

Al día siguiente de llegar a Dinamarca eran las elecciones USA, el 8 de noviembre de 2016. Por un lado estaba Donald Trump, representando al partido republicano. Al otro lado estabay Hillary Clinton, el caballo ganador de los demócratas.

Nadie daba un duro por el magnate americano, los periodistas llevaban tomándose a risa su candidatura desde hacía meses. Había tenido en su contra a la gente de su propio partido, a la prensa y a toda la opinión pública del extranjero. No hace falta que te diga cómo terminaron las votaciones y cómo tantísimos analistas y supuestos expertos en política tuvieron que tragarse sus palabras.

Algo similar había pasado ese mismo año con el Brexit. Nadie esperaba que Reino Unido pudiera marcharse de Europa, ninguna encuesta lo daba por posible, hasta que el día de las elecciones salió un «No queremos continuar con vosotros» rotundo. Aquella loca noche de San Juan haciendo trading  te la conté aquí:

 

Bien, pues en cuanto el recuento empezó y Donald Trump barría del mapa a Hillary, las bolsas cayeron a lo bestia. El Dow Jones registró más de 1.000 puntos de caída intradía. No daba nada de confianza que un maromo que quería levantar un muro en la frontera con México fuera a dirigir el país más poderoso del mundo.

Todo pintaba fatal, pero por la mañana llegó el giro y los índices recuperaron todo lo perdido. La sesión cerró en verde y los próximos días continuaron subiendo.

El miedo irracional, una vez más, había hecho trizas muchas cuentas.

 

El caso es que aquella mañana los cronometradores estaban presentando sus productos en el salón de actos del hotel. Yo me subí a la habitación a hacer trading. Con tanta volatilidad se podía rascar alguna buena oportunidad.

Por la tarde el movimiento seguía y también estuve pendiente de las bolsas, en lugar de estar a lo que tenía que estar. Al final ni fu ni fa, en algunas operaciones gané y en otras perdí. Me quedé prácticamente a cero.

Lo que sí perdí fueron valiosas horas con mi padre en algo que a él le hacía ilusión, en su negocio. Fue un tiempo que ya no regresará y eso, amigo, es lo más importante. Unos euros más o unos euros menos no te quitan de nada, pero aprovechar momentos únicos con quienes quieres se quedan en la memoria para siempre.

El loco movimiento del Dow Jones de ida y vuelta en el recuento de las elecciones a Estados Unidos de 2016

 

Jueves Santo de 2018, una máquina se volvió loca y algunos ganaron en unos minutos el beneficio de varios años

Hasta ahora sólo te he contado penas, así que voy a terminar el post dejándote buen sabor de boca con lo que puede suceder festivo. Es cierto que he vivido grandes batacazos, pero también es cierto que el día que más dinero he visto ganar en apenas media hora fue en un festivo.

Ocurrió por un arbitraje. Ya sabes lo que es: una anomalía del mercado en la que compras en un sitio, vendes en otro, y tienes Profit instantáneo. Los arbitrajes suelen durar

De aquellas todavía era novato en la empresa y no me dejaban tradear los mismos productos que los Senior. Estaba en el periodo de prueba, como el canterano al que no dejan jugar con los mayores y le tienen apartado haciendo ronditos. No saqué ni un duro, pero vi cómo otros se forraban.

 

Era jueves Santo por la mañana y el viernes los mercados cerraban. Estábamos pensando más en lo que haríamos en Semana Santa que en lo que había delante de las pantallas, cuando a media mañana las alertas comenzaron a sonar por los altavoces a toda máquina. En ese momento no sabía lo que estaba ocurriendo, sólo vi cómo los senior se pusieron a gritar súper excitados, clickando el ratón a una velocidad de vértigo.

Luego entendí lo que pasaba: alguien estaba soltando contratos de Gasoil en un vencimiento muy alejado, a tres años vista. Estaba disparando fuera del mercado, en una ladder en la que no había precios de referencia. No tenía ningún sentido, estaban regalando el dinero.

En cuanto uno se dio cuenta y dio la voz de alarma, allí aparecieron los traders de OSTC a dar contrapartida. ¿Que un árabe (o quien fuera) necesita  cerrar una posición palmando una millonada? Pues nos metemos a llenar el saco.

 

La primera ronda de disparos duró unos cinco minutos, al terminar estaban eufóricos porque algunas cuentas marcando hasta 5 ceros. Ya era un inicio de vacaciones impresionante, pero todavía podía mejorar. La fiesta no había terminado.

Después de unos instantes de pausa llegó una segunda oleada que era más de lo mismo. Alguien estaba soltando contratos a precios absurdos y los Senior supieron coger el regalo que les estaban dando. En total debieron de ser unos 15 minutos, pero vaya cuarto de hora más brutal, no daba crédito.

No pude aprovecharlo, pero fue la primera gran lección que aprendí en la empresa: si estás ante una oportunidad clarísima tienes que entrar con todo sin dudarlo. Puedes solucionarte los próximos 10 años estando avispado, porque no va a regresar jamás. Si pestañeas te lo puedes perder.

 

La regla de No Operar en los festivos

Haciendo recuento de las cuatro historias, 3 de ellas me dieron disgustos y sólo en una saqué algo positivo. Da para pensar si sale a cuenta darle a la tecla en estas jornadas especiales, ¿no?

Mira, para tener éxito en el trading hay que marcar unas normas claras, porque sino es imposible. Están las básicas como los motivos de compra, dónde va colocado el Stop o cuánto volumen llevar. Hay otras, como la de tradear los festivos, que las vas a hacer a tu manera.

Cada maestrillo

 

Te voy a contar el caso de un antiguo compañero, Sophiane, porque creo que te va ayudar a decidirte. El tío se tomaba los festivos al pie de la letra, no trabajaba ninguno. No esperabas verle en la oficina.

Tenía muchos años de experiencia y sabía que podía pegar un petardazo, pero también sabía que se podía llevar un disgusto gordo. Y lo que es peor, perder dinero habiendo robado tiempo a tu familia. No le compensaba.

Lo que me encantaba de Sophiane es que era súper estricto. Antes de alguna fiesta importante cerraba todo y empezaba de cero al regresar. Así es como se consiguen las cosas.

 

¿Y cómo operas en la Academia los festivos?

Hay una trampa en todo lo que te he contado en este artículo: son batallitas de cuando hacía intradía. Aquella época de locura la dejé atrás y nunca regresaré por un motivo: me va infinitamente mejor mirando gráficos de largo plazo, como el de 4 horas o el Semanal.

Esa es la filosofía que sigo en la academia, y precisamente por ello los festivos no tienen tanta importancia. Son sesiones con mucho ruido de corto plazo, pero en el largo plazo apenas tienen efecto.

Por eso si quieres escapar del estress que supone estar enganchado a lo que sucede al minuto, te puedo ayudar con mi curso de trading. Repetirás una y otra vez los hábitos que llevan los buenos traders, los que consiguen que su operativa sea sostenible. Visita este enlace para más información:

6 meses de programa formativo con la estrategia de Reversión a la Media, tutorías uno a uno y operativa en directo

 

Antes de terminar me gustaría saber cómo operas en las fiestas, anímate con un comentario:

¿Te han dado algún sopapo en una festividad?

¿Te tomas los festivos de descanso, como el compañero del que te he hablado?

¿O echas un vistazo a ver si aparece alguna oportunidad?

 

Un fuerte abrazo, y buen trading a partir de ahora en los festivos 😉

Enrique Mazón

¿Pierdes el control de tu operativa?

Llévate GRATIS el Cuadro de Riesgo y la hoja de Análisis de Resultados