La felicidad se puede hallar en los más oscuros momentos,

si se sabe buscar bien la luz

Frase del director de Howarts, Albus Dumbledore, en la saga Harry Potter. Creación de J.K. Rowling


 

A mis abuelos por parte de madre, Enrique Haya García y Elisa Porrero Soto, les fue genial a lo largo de toda su vida comprando acciones, y eso que nadie les enseñó a invertir, no se formaron con ningún curso, ni nada por el estilo. Sólo hicieron una cosa, aunque te pueda parecer ridículo: adquirieron acciones de las empresas españolas más potentes, como Banco Santander, BBVA, Telefónica o Iberdrola… y las mantuvieron en cartera décadas, pasara lo que pasara. Siguiendo esa sencilla estrategia ganaron miles de las antiguas pesetas, y después también varios miles de euros.

Cuando mi abuela vio que yo había comenzado a estudiar una carrera de Económicas, quiso que continuara con la faceta inversora que tan buenos resultados le había dado, así que me dejó 5.000€ para que los invirtiera en el Banco Santander. Recuerdo que bajé a la sede central del Banco Santander – la que tiene en el Paseo Pereda – más contento que unas castañuelas con el sobre repleto de billetes, me sentía alguien importante (a pesar de que era un mocoso de 18 años). Me llevaron con una «asesora» y le pedí a la chica – se llamaba Leticia – que me lo invirtiera todo en acciones del Banco Santander.

Pasado más o menos un año entré en la cuenta y vi que había ganado unos 1.000€, una barbaridad para lo que estaba acostumbrado. No había hecho absolutamente nada, pero como el mercado había subido, ¡tenía un 20% más de dinero que antes! Definitivamente tenía que seguir invirtiendo, porque si mi primera experiencia en bolsa había salido tan bien, aquello iba a ser un chollo.

 

Entonces, en lugar de mantener las acciones en cartera otro par de años sin tocar nada, me emocioné y me puse a comprar y vender intradía los títulos del Banco Santander. La lógica que seguí es que, sin haber hecho nada había ganado tanto dinero, en cuanto me remangara la camisa y me pusiera a hacer trades yo mismo, iba a ganar mucho más. ¿Qué podía salir mal?

Mis resultados operando así no fueron nada del otro mundo. Las comisiones por entrar y salir eran muy altas, aproximadamente del 1%. Y ganarle más del 1% solamente en una sesión a cualquier título, es muy complicado.

Además, cuando llegaba un tramo alcista me lo perdía, porque no estaba comprado. Estaba esperando que los precios cayeran para meterme buscando pequeños rebotes, y a la mínima que el precio subía, me lo quitaba de encima, como si me quemara. Recuerdo que gané algo, pero mucho menos de lo que hubiera ganado viendo pasar la vida con mis acciones en el bolsillo a buen recaudo.

 

Fue así como abrí mi primera cuenta de trading (por aquel entonces ni siquiera sabía lo que significaba esa palabra, así que imagínate). Viendo que lo de hacer intradía con acciones no era negocio, saqué el dinero del Banco Santander y decidí meterme con productos que me permitían ganar dinero mucho más rápido, como el Euro-Dólar, el Petróleo, o el índice alemán, el DAX. Me puse a hacer intradía, sobre todo me gustaba cuando salían las noticias importantes, porque todo se movía mucho más rápido, y parecía que podía ganar un montón de dinero en un visto y no visto.

El final de esta historia ya te imaginarás cuál fue: en pocas semanas quebré la cuenta. Aquel dinero que me había entregado mi abuela para construir poco a poco un patrimonio, aprender los beneficios del interés compuesto, y asegurarme un retiro tranquilo, lo había dilapidado pretendiendo tomar atajos que no llevaban a ningún sitio. Fue la primera bofetada que me dio la vida en mi relación con la bolsa.

También descubrí el concepto del que vengo a hablar hoy, el Cementerio de Traders. Yo pensaba que hacer trading era un juego de niños, y que cualquiera que se pusiera a los mandos podría sacar un Profit detrás de otro, pero nada más lejos de la realidad. Me di cuenta que había una parte oscura de la que nadie me había hablado…

 

¿Y qué es exactamente El cementerio de traders?

No me refiero a un lugar físico donde hay lápidas, nichos o panteones, y por la noche entran los adolescentes a invocar espíritus haciendo jueguecitos con velas y tableros, no. Tampoco hay una asociación, una página web ni un lugar al que ir para reclamar por las pérdidas que jamás regresarán. No tiene nada que ver con eso.

El cementerio de traders es una metáfora sobre cómo la irracionalidad del mercado hace perder la cabeza (y el dinero) a quienes se toman el trading como un juego de azar. Es esa espiral destructiva en la que entras cuando abres posiciones simplemente por sentir la emoción de ver tu dinero moverse arriba y abajo. ¿Esto ya te empieza a sonar?

El Cementerio de Traders también es la ludopatía, la ansiedad y la avaricia apoderándose de quien está a los mandos de una cuenta de trading. O  de cómo pierdes la perspectiva del suelo que estás pisando al convertirte en un jugador y olvidarte de cuánto dinero has perdido ya, porque solo quieres seguir metiendo más y más. Cuando el resultado final es lo de menos y lo único que te importa es sentir el «chute», date por seguro que acabarás visitando El Cementerio de Traders.

 

En la película «Two for the money» – la traducción al español es «Apostando al Límite» –, vi una aproximación bastante certera a El cementerio de traders. El protagonista, encarnado por Matthew Mcconaughey, parece tener un don para acertar los resultados de los partidos de fútbol americano, así que le fichan en una empresa de apuestas deportivas, pensando que van a ganar millones de dólares. Lo que pasa es que este hombre tiene una cara B…

El tío es un cocainómano antológico, y se pasa el día visitando el baño para meterse por la nariz el polvillo blanco entre partido y partido. La mejor escena de la peli, y quizás una de las mejores del cine, es cuando explica cómo se siente antes de drogarse. Dice algo así como:

«El mejor momento de ponerme son los segundos de antes de meterme la coca. Cuando me estoy preparando y no sé cómo reaccionará mi cuerpo. Es mucho mejor imaginar lo que pasará que lo que realmente ocurre después»

 

«Juega con responsabilidad». Pero juega

Las tres primeras palabras de este titular seguro que las has escuchado en algún anuncio de la radio, o de la tele, o lo viste en una marquesina de autobús. Da igual que todo el mundo a tu alrededor lo vista de acontecimiento social, como la Lotería de Navidad, que ya «es una tradición». En el fondo, cuando compras un par de décimos estás buscando la misma sensación que describía arriba el hombre que se metía polvillo blanco por la nariz una y otra vez.

Bien, pues este eslogan incitando a jugar, que algunas caras súper conocidas han repetido hasta el cansancio, esconde una trampa. Porque el juego genera adicción, al igual que engancha el tabaco o el teléfono móvil (sí, también hay clínicas de desintoxicación de dispositivos electrónicos, que tiene tela). Y me da igual del tipo de juego que quieras hablar, ya sean apuestas deportivas, la ruleta del casino, o, en lo que viene al caso, el trading.

Así que, por mucho que el anuncio radiado por Manolo Lama parezca inofensivo, la consecuencia de hacerle caso a este señor – quien cobra unos honorarios millonarios por esa publicidad – es que un adolescente le robe la tarjeta de crédito a sus padres para apostar 250€ en el Valencia – Getafe. Si, basta ya de blanquear el juego tildándolo de entretenimiento, porque no lo es. Quien te anima a jugar cargará en su conciencia con la otra cara de la moneda, la que nadie te cuenta: deudas impagables, personas arruinadas o familias rotas.

 

El cementerio de traders siempre ha existido

Quiero dejar una cosa clara, y es que El cementerio de traders no es algo nuevo, lleva siglos existiendo. Tenemos registros de juegos de azar en China desde hace más de 5.000 años, y los egipcios esculpieron dados de 6 caras hace 4.000 años. Como dicen en mi pueblo, El cementerio de traders «es más viejo que la cuesta del gas».

Lo que pasa es que con el boom de apps para invertir rápido desde el móvil, los miembros de El cementerio de traders se han multiplicado exponencialmente. Y no sólo me estoy refiriendo a la bolsa, llámale apuestas deportivas, la ruleta o el black-jack, a los que puedes acceder en un par de clicks. La única diferencia es que trading suena mucho mejor porque parece más sofisticado.

Por eso insisto, la actitud de jugar compulsivamente siempre ha existido en el ser humano, y ni tú ni nadie puede hacer nada por evitarlo. Es la ley de la naturaleza en su máxima expresión, porque cada vez que arriesgas dinero tu cuerpo genera dopamina, la misma hormona que tu cuerpo genera cuando disfrutas de tu comida favorita o tienes relaciones sexuales. Por eso repites las mismas acciones una y otra vez, porque en el fondo te da placer jugar.

 

Así descubrí El cementerio de traders

Para mí descubrir que existía El cementerio de traders no fue nada fácil, porque había estado metido dentro de una burbujita de postureo máximo, en la que me hacían creer que nadie perdía en bolsa, y que quien reconociera sus pérdidas era un fracasado. Por eso, cuando supe que más allá de los engominados conduciendo Ferraris y acompañados de modelas finlandesas, había una parte oscura, fue complicado de digerir. Supongo que no estaba preparado para conocerlo.

Todo comenzó con mi primer trabajo, cuando llamaba a los clientes por teléfono como loco para que metieran su dinero en un bróker market-maker (y que lo perdieran, a ser posible). Es cierto que entré medio engañado en aquella sala de mala muerte, porque en la oferta de trabajo ponía que seleccionaban «agentes de bolsa», en ningún lugar decían que tendría que estar llamando a nadie. Pero cuando ya estaba dentro y me dijeron que la tarea consistía en lo que consistía, tampoco puse muchos reparos porque me hacía falta meter la cabeza en el mundillo, fuera como fuera.

El caso es que, en el tiempo que estuve allí, no vi ninguna cuenta que terminara en verde, ninguna. Una tras otra perdían absolutamente todo lo que habían metido. Algún que otro cliente comenzaba bien y parecía que podría tener final feliz, pero más pronto que tarde la curva de beneficios se giraba en su contra y caía en picado.

 

Sólo recuerdo un trader que estuvo a punto de asaltar la banca. El tío había empezado con una cuenta de lo más normalita, de unos 5.000€, pero iba clavando todas las operaciones, una detrás de otra. Estaba sacando Profits en todos los activos: en el Euro-Dólar, en el Brent y en el Dow Jones.

Su cuenta iba subiendo exponencialmente, y en pocas semanas ya había alcanzado los 100.000€. No conforme con eso, el hombre siguió estirando el chicle y se plantó por encima de los 200.000€. ¿Qué crees que ocurrió entonces?

Nos dieron la instrucción de continuar presionándole para que siguiera operando, tratando de convencerle de que no retirara nada, haciéndole ver que en unos meses podría llegar a ser millonario si continuaba a este ritmo. Hizo unas retiradas muy pequeñas, de unos pocos miles de euros, y siguió apretando la tecla pensando que dentro de poco estaría bañado en oro. Bien, pues a las pocas semanas se le terminó la suerte y su cuenta regresó al mismo punto de partida: a cero.

 

Por eso me hace gracia cuando recibo un correo electrónico preguntándome cuánto tiempo tardará el bróker en tramitarle una retirada. Porque claro, con todo lo que va a aprender en el curso y lo bien que se le va dar el trading, en menos de lo que canta un gallo va a estar ordenando las retiradas.

Bien, pues tengo una noticia importante que darte: hasta la fecha ningún alumno se ha puesto en contacto conmigo para quejarse por lo mucho que le ha tardado el bróker en devolverle el dinero. Ninguno ha tenido ese problema. Fíjate tú por dónde.

Supongo que ya te imaginarás cuál es el motivo…

Escena de «El Lobo de Wall Street». El ambiente que narran en la película era muy parecido a la sala de ventas en la que trabajé durante un tiempo. Y el objetivo era el mismo: que los clientes lo perdieran todo.

 

La segunda revelación que tuve sobre El cementerio de traders fue en una conferencia de bolsa que impartí en Bogotá

Un conocido bróker me había contratado para impartir las típicas charlas que dan a sus clientes en el salón de actos de un buen hotel, y en las que les invitas a desayunar y comer para que se sientan a gusto con lo que les estás contando y así, quizás se abren una cuenta o meten algunos eurillos en la que ya tienen abierta. Habíamos hecho una gira por España parando en ciudades como Valencia, Santiago de Compostela, Málaga, Barcelona… y después llegó una gira por LatinoAmérica, que fue la bomba. Aquel día, en la capital de Colombia, todo había salido rodado, a la gente le había encantado el evento y habíamos tenido un lleno absoluto.

Entonces, al terminar, me quedé hablando con varios de los asistentes. Uno de ellos estaba especialmente interesado en las estrategias que había dado en la ponencia, así que me quedé hablando tranquilamente con él. En aquel momento no podía imaginar que aquel señor – de unos 50 años y aspecto totalmente casual, como si hubiera bajado a comprar el pan – me iba a dar una de las lecciones más importantes de mi vida.

Yo le conté que al principio perdí bastante dinero, y que me había costado encontrar una dinámica buena en el trading, pero que lo había conseguido cuando me centré sólo en una estrategia y me olvidé de todo lo demás. Y cuando llegó su turno… me confesó que había perdido más de un millón de euros, yo estaba alucinando, no me lo podía creer. Pensaba en todo lo que podías hacer con un millón de euros, como comprarte varias casas para alquilarlas y tener la vida resuelta, y me daba una lástima terrible pensar que ese hombre tendría una montaña de problemas a sus espaldas muy difíciles de resolver.

 

¿Pero quién acaba en El cementerio de traders? Seguro que solamente los novatos que no están formados. Es imposible que los listos lo visiten.

Es la hora de desmontar otro de las grandes mitos que envuelven el mundillo de la bolsa. Mira, la mayoría de gente cree que quienes han tenido éxito en la vida, los que más títulos universitarios tienen, los que han demostrado mayor cociente intelectual… también serán triunfadores en el trading. Porque total, si les ha ido bien en un campo, les debería ir bien en este otro, ¿no?

Bien, pues nada más lejos de la realidad. Lo único cierto es que cualquiera puede acabar en El cementerio de traders. Cuando te enfrentas al mercado da igual tu Currículum Vitae, los empleados que tengas a cargo o el número de seguidores que acumules en tu cuenta de Instagram.

Las mentes más brillantes han perdido auténticas fortunas, y si no me crees puedes revisar el caso de Isaac Newton, quien enunció la teoría de la gravedad después de reflexionar sobre cómo una manzana caía del árbol en el que crecía. Este genio físico murió prácticamente en la indigencia por una mala inversión en la mayor burbuja financiera del siglo XVIII: la compañía de los Mares del Sur. Si hasta a él le fue mal en bolsa, ¿crees que tú estás a salvo?

 

Otras celebridades que mordieron el polvo fueron Myron Scholes y Robert Merton quienes, para más inri, fueron galarondados con el premio Nobel de Economía en 1997. Estos académicos eran gestores de un fondo de inversión apalancado que nació en Estados Unidos, el «Long-Term Capital Management«. Los primeros años del LTCM fueron extraordinarios, consiguiendo un 40% de media… ¡al año!

Parecían auténticos magos, ya que ningún gestor de la competencia podía igualarles. En apenas 3 años captaron más de 3.000 millones de dólares, lo que suponía triplicar el capital con el que habían arrancado. Pero los trucos de magia tarde o temprano salen a la luz, y este caso, en el que había gato encerrado, no iba a ser diferente.

El fondo operaba muy apalancado, tomando posiciones de riesgo extremo, y esto implicaba que una mala racha supondría un desastre. Bien, pues con la crisis financiera rusa de 1997 vendieron opciones Put sobre Spreads de crédito por encima de sus posibilidades (vender una opción siempre es lo más arriesgado, es mucho más seguro comprarla), la posición se les fue en contra y se les acabó la fiesta. En 1998 se vieron obligados a bajar la persiana, dejando un pufo tras de sí de 4.600 millones de dólares. Es paradójico que este fondo llamado «Gestión de Capital en el Largo Plazo» quebró solamente 4 años después de su creación, estando dirigido por mentes supuestamente brillantes.


El Track Record del LTCM frente al del Dow Jones y al Tesoro Americano da miedo. Ya dice el refrán que «no hay atajo sin trabajo»

 

Tienes todas las papeletas de acabar en El Cementerio de Traders si te comportas de esta manera:

Ya has visto que hasta la torre más alta puede caer, y quien diga lo contrario te está mintiendo. Da igual que tengas el doctorado en ingeniería aeronáutica o que hayas ganado un Premio Nobel, la jungla del mercado nos iguala a todos. Ninguna facultad te enseñará a ganar dinero en bolsa, la única manera de aprender es metiendo cientos de horas delante de las pantallas, introduciendo miles de operaciones, y equivocándote una y otra vez.

Incluso te diría que los traders con más nivel intelectual o una posición social más elevada son los que más rápido pierden. Porque suelen ser los más soberbios, se creen que lo saben todo, y enseguida el mercado les pone en su sitio. La humildad es uno de los factores que determinan tu supervivencia en la selva: primero asume que eres un don nadie, búscate la vida para aguantar con lo puesto, y después ya hablaremos de ganar dinero.

Los comportamientos tóxicos en bolsa son relativamente fáciles de identificar. A continuación te doy una lista de patrones a evitar si quieres mantener tu dinero a salvo. Porque si caes en alguna de estas tentaciones, tarde o temprano visitarás El cementerio de traders:

 

#1. Si buscas rentabilidades imposibles

Seguro que alguna vez te has encontrado a alguien en Twitter publicando algo parecido a esto:

«Siguiendo mi método multiplicarás tu dinero en pocas semanas. Y así podrás cumplir tu sueño: vivir del Trading desde la playa. ¡Al fin le vas a decir adiós a tu jefe!»

A ver, no te digo que sea imposible vivir del trading, claro que puedes lograrlo, pero no de cualquier manera. Con una cuenta de medio millón de euros podemos echar números para sacar un sueldecito a final de año. Pero con una cuenta de 2.000€ olvídate.

El ratio rentabilidad-riesgo es la prueba del algodón: cuanto más arriesgas para obtener beneficio, más rápido puedes perder. Es decir, que si en un buen mes le ganas 2.000€ significa que en uno malo puedes perder 2, 3, 4 o 5.000€. Esto no es ningún drama, simplemente es la realidad.

Si estás jugando todos los días con un petardo encendido pasándotelo de una mano a otra, quizás tienes suerte y explota en el aire 10 veces seguidas. Pero con que una te estalle mientras lo sujetabas, te has quedado sin mano. Ya sabes cómo termina el cuento de arriesgarlo todo cada semana, y si no te acuerdas, echa un vistazo de nuevo al caso del Long Term Capital Management.

 

#2. Si empiezas en Real sin haber probado el sistema

Mira, aquí no hay nadie más santo que otro, que todos hemos empezado  en el trading con prisas, no te estoy descubriendo la piedra filosofal. Tan cierto es que todos hemos querido ganar cuanto antes, como que es un error garrafal saltarte ciertos pasos antes de mover un euro de tus ahorros. Y no probar la estrategia primero siempre termina mal.

Porque antes de poner en juego el dinero que tanto te ha costado ganar, o por el que tanto lucharon tus padres o abuelos, necesitas demostrarte a ti mismo que puedes hacerlo bien, para eso existe el simulado. Y si te aburres con el trading en demo, te dejo por aquí un truquito para sacarle el máximo partido a esta herramienta. Así ya no tendrás más excusas.

Y porque es igual de peligroso jugarte el dinero con algo «que te han contado», por mucho que lo hayas visto en el seminario online gratuito que impartía el gurú del momento. Porque en esos breves minutos que tienen para llamar la atención sólo te van a contar la cara bonita de la moneda. Pero no es oro todo lo que reluce.

 

#3. Si abres una posición sin Stop

Mira, en este negocio quien se forra de verdad no es quien más dinero hace en las trades ganadoras, no. Los que se ganan dinero en mayúsculas son quienes menos pierden en las malas rachas. Los depredadores auténticos saben reconocer cuándo se han equivocado, asumen que la trade no es buena sin darle más vueltas y tratan de salir cuanto antes minimizando las pérdidas.

Mira, es imposible tener un 100% de aciertos. Esto, que es de sentido común – como que el agua moja -, muchos no lo quieren ver, y ahí es donde encuentran su tumba. No se dan cuenta que el primer paso para ganar es aprender a perder.

Los jugadores compulsivos llevan sus posiciones al límite, no tienen un plan B de escape para cuando el precio vaya en su contra. Y si el edificio no tiene salida de emergencia ya sabes lo que ocurrirá si se declara un incendio. Te convertirás en cenizas.

 

#4. Si haces trading en noticias jugando a adivino

Mira, a lo largo de mi carrera he conocido traders malos, regulares, buenos y muy buenos. Pero todavía no he encontrado a ninguno que gane dinero vaticinando las noticias. Normalmente quien lo intenta te dice algo así:

«Voy a vender un par de contratos en el Dow Jones 5 minutos antes del dato de empleo americano, porque van a decir que el paro sube y entonces la bolsa va a caer»

Esto de que con los datos buenos la bolsa sube o con los datos malos la bolsa baja, olvídate, que nadie tiene la capacidad de adivinar el futuro, no vas a ser tú el único. La mano fuerte hará lo que quiera hacer, y harán lo máximo posible para confundirte. En algunos datos buenos el mercado subirá y en otros bajará, sin explicación posible.

En la siguiente imagen te muestro lo que ocurrió después de un dato de empleo americano mucho peor de lo esperado. A pesar de la destrucción de miles de puestos de trabajo el mercado subió con fuerza cientos de puntos. ¿Alguien lo entiende?

 

En este dato de empleo USA la bolsa americana salió disparada a pesar de que la noticia fue pésima: se habían destruido miles de puestos de trabajo. Aquí no estamos para interpretar los datos económicos. Porque es imposible.

 

#5. Si no sabes parar después de una buena racha

Otra de las grandes enemigas del trader es la avaricia. Y es que es tan importante saber cuándo operar, como saber parar, cerrar las pantallas y decir «ale, ahí os quedáis, ya nos veremos mañana».

El problema de querer más y más, es que cuanto más tiempo estás con tu dinero en juego, más cerca estás de equivocarte. Si fuerzas la máquina aparecerán el estrés y la ansiedad, es que no falla. Te estás sometiendo a ti mismo a un desgaste psicológico que solo te va a hacer daño.

Por eso hay que saber detenerse y conformarse con lo ganado si ya has alcanzado tu objetivo, que mañana el sol volverá a salir por el horizonte.

 

Datos REALES sobre El cementerio de traders que los brókers están obligados a publicar

En el año 2018 la ESMA (la Autoridad Europea de Valores y Mercados), obligó a los brokers de CFDs a publicar en la portada de su sitio web qué porcentaje de sus clientes perdían toda su inversión. La intención del regulador era proteger al cliente minorista, dándole toda la información para saber dónde se estaba metiendo. Y oye, que si sabes que el tabaco mata y que te puede causar un cáncer de pulmón terminal y aún así decides engancharte a los cigarrillos, entonces ya no es mi problema, me desentiendo.

Nada más entrar en los brókers aparecía el típico disclaimer que avisaba del desastre, porque no se le puede llamar de otra manera. Los primeros datos que se publicaron fueron escalofriantes: casi el 90% de los traders son perdedores compulsivos. Y no es algo que me esté inventado yo, son cifras oficiales.

Hasta algunos periódicos les pareció tan llamativo que lo publicaron:

Las consecuencias de la normativa ESMA: todos sabemos el dato exacto de perdedores

 

Vale, pero ¿a quién le interesa alimentar El cementerio de traders? ¿No será mejor que todos ganemos?

A ver a ber haber… Que llega la parte en la que puedo levantar ampollas. Como no quiero meterme en muchos líos te voy a dejar una serie de imágenes a ver si eres capaz de atar cabos:

 

 

 

 

 

Investiga un poco por tu cuenta sobre cuánto cuesta patrocinar a dos equipos de fútbol top como el Arsenal o el Atlético de Madrid. O a Usain Bolt, el mejor velocista de la historia. O a ver cuánto te pide un equipo de Fórmula 1 por llevar tu marca en su chasis.

Bien, habrás comprobado que esto no son cuatro duros, ¿no? Ahora, la pregunta que te hago es… ¿de dónde crees salen estas millonadas para gastarlas en publicidad?

Y ahora hílalo con el otro dato que te acabo de revelar: el 90% de los traders pierden todo lo que meten en la cuenta. ¿No encuentras la conexión entre ambas informaciones? ¿No te da que pensar?

 

El panorama es desalentador, pero queda un halo de esperanza. Descubre dos principios básicos para evitar entrar en El cementerio de traders. O, lo que es lo mismo, para salir victorioso del mercado

Puede que te den ganas de salir corriendo, cerrar la puerta y no mirar atrás después de tanta información pésima. Pero tranquilo, de este post no sólo te vas a llevar noticias negativas. También voy a ofrecerte un poco de luz entre tanta oscuridad.

Para empezar, aunque entres en El cementerio de traders al principio, debes saber que no es definitivo. Es normal estar desorientado, equivocarse y perder dinero cuando no dominas la bolsa, a todos nos ha pasado. La única manera de salir del pozo es ser humilde y reconocer que lo estás haciendo mal. Te tomas una pausa y reseteas, porque cuantas más cabezazos te des contra un muro imposible de romper, más daño te vas a hacer.

Y para terminar, también debes saber que nunca ha sido tan fácil ganar dinero haciendo trading como lo es hoy en día. Enserio, cuentas con medios que nuestros abuelos jamás hubieran podido siquiera imaginar: Internet de alta velocidad desde cualquier punto del mundo, plataformas con datos en tiempo real, la posibilidad de hacer análisis estadísticos en Excel… Tienes todas las herramientas al alcance de tu mano

 

Pero claro, por mucho que tengas un Ferarri entre las manos, si te crees Fernando Alonso pisando el acelerador a fondo y vas de flipado, te vas a estrellar en la segunda curva. ¿Es culpa de la máquina roja tan potente? No, es culpa tuya porque no estabas preparado para manejarlo.

Claro que puedes ganar dinero, si tampoco es tan complicado. Con una estrategia que funcione, una gestión monetaria sostenible y la constancia y disciplina de currártelo todos los días, es más que suficiente. Que esto no consiste en inventar la rueda, sólo hay que ir a lo que funciona.

Si quieres ponerte manos a la obra entonces te interesa el curso de 6 meses aprendiendo a hacer trading con el sistema de Reversión a la Media. Estarás un semestre trabajando con un objetivo: mirar el mercado como lo hacen quienes consiguen sus objetivos. Tienes más información sobre el curso en el siguiente enlace:

 

El sistema de Reversión a la Media, programa formativo de 6 meses con tutorías todas las semanas

 

Antes de terminar, ¿me cuentas en un comentario si has mandado alguna cuenta al Cementerio de Traders? ¿O conoces alguna experiencia desagradable de alguien cercano a ti? ¿Sabías que el porcentaje de traders perdedores era tan alto?

Un fuerte abrazo y buen trading… sin visitar El cementerio de traders 😉

Enrique Mazón

¿Pierdes el control de tu operativa?

Llévate GRATIS el Cuadro de Riesgo y la hoja de Análisis de Resultados

Comentarios:

2 comentarios en “El Cementerio de Traders con DATOS REALES y los comportamientos que te llevarán sí o sí a cavar tu propia tumba (y cómo evitarlos)


    Los comentarios están cerrados.